El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

lunes, 20 de octubre de 2014

Viaje al interior de los Estados Unidos



Quisiera perderme entre tus ramas y trepar al infinito
oler tu perfume en la noche y dormir bajo la medialuna de tus brazos.
Quisiera conquistar, no una, ni dos estrellas fugaces,
sino un ejército de luciérnagas que me eleven por encima de tu copa.
Tu tronco, alargado,
adormecido en la letanía del tiempo,
se yergue magnificente como un molino de viento.
Tus raíces, prisioneras,
se entrelazan, enmarañan tu alimento,
y tu savia, escondida, dulcifica en semblante figura,
no un monstruo en la oscuridad,
sino una sombra que, a lo lejos,
me llama y grita en hermosura.
(Oda a la secuoya "General Sherman" by Beatriche)



El General Sherman presume de ser la secuoya más alta, hermosa y vieja de este Nuevo Mundo. Un nombre de general para un árbol perdido en la cronología del tiempo. Más de dos mil años plantado en la tierra y sin dar síntomas de enfermedad, quejidos, malestar general o hartura de vivir. El Parque Nacional de las Secuoyas, el Sequoia National Park en el estado de California alberga tan semejante especie de biomasa, una mole tan bella e impactante que mide la friolera de 83,3 metros de altura y unos once metros de diámetro en la base. Un ejemplar digno de alabanzas, cantos y siestas bajo su silueta. 
En 1879, el naturalista James Wolverton le puso el nombre del general William Tecumseh Sherman, bajo cuyas órdenes había servido en la 9º Caballería de Indiana como teniente. La historia de hoy nos habla de generales en la Guerra de Secesión Americana o Guerra Civil (1861-1865), de un árbol que lleva el nombre de un general y, de dos amigos que recorren los EE.UU en un coche de alquiler coreano recorriendo la Ruta 66, menuda mezcla...



Alberto y Alfonso viajan por el Lejano Oeste, el Far West de nuestras adoradas películas de vaqueros. La ruta 66 comienza en Chicago y ellos llevan ya dos semanas recorriendo los Estados Unidos a través de su famosa carretera, una road movie que yo contemplo en imágenes enviadas por wassup. Para mi también supone un viaje pero sin moverme del sillón.

Alexandre Dumas (padre) se encontró casualmente en 1851, en una taberna de un pueblo llamado Montmorency, a un joven viajero que acaba de regresar de la lejana California. Este muchacho le narra sus peripecias y su forma de buscarse la vida, bien como cazador, recolector, tabernero, hasta que un buen día decide regresar a su Francia natal porque no tuvo suerte a la hora de hacer fortuna. Su sueño americano había muerto y, nada como regresar a la casa de uno, para volver  reencontrarte con algún cacillo de sopa caliente. El título de tan singular relato fue, "Un viaje a California", una crónica de un viaje a lo desconocido, como casi tantos...



En 1842 Charles Dickens y su mujer, se  embarcan en otra aventura similar, esta quizás más burguesa. Un largo recorrido de seis meses para transitar por diversas ciudades estadounidenses y conocer a una sociedad en pleno desarrollo. Un mapa sociopolítico del país de mediados del siglo XIX que plasma en "Notas de América".

Pero sin lugar a dudas, es Robert Louis Stevenson mi héroe particular. Su vida, sus viajes, y su larga lista de relatos me enamoran, por eso no puedo dejar de mencionar una de sus crónicas más envolventes y apasionadas. "De praderas y bosques" es  un discurso real, que conmueve desde principio a fin. Es el resultado de la experiencia de un hombre que vive en directo el impulso revolucionario de una sociedad en crecimiento. Su viaje cubre la línea de New York a Monterrey (la antigua capital del Pacífico) en California, atravesando el Lejano Oeste en unos de los vagones del Union Pacific. La travesía se realiza en trenes atestados de emigrantes camino de la Costa Oeste. Stevenson sufre las penurias del hambre, el trato violento de los empleados del ferrocarril, así como la escasez de agua. Destaca en su relato el odio que se les tiene a los asiáticos y a los indios nativos. En tan pocas páginas el autor aglutina descripciones sobre el paisaje y una de las mejores reflexiones que se han hecho sobre la Norteamérica de la segunda mitad del siglo XIX. Chapeau por Stevenson!



Pero pasemos a hablar de William Tecumseh Sherman (1820-1891) célebre por su participación en la Guerra Civil americana. Se le conoce como el "primer general moderno" por su eficiente utilización de la estrategia militar y su implacable política de tierra arrasada que aplicó en la llamada guerra total contra el enemigo. La estrecha relación que mantuvieron en el campo de batalla Sherman  y el naturalista James Wolverton hicieron que este le pusiera el nombre de su general a esa gran secuoya por la que yo me siento paralizada sin tan siquiera haberla visto. Eso ocurrió una vez terminada la guerra; en 1879, cuando Wolverton se trasladó a trabajar a California como pastor de ganado vacuno y ovino. Desde entonces no se volvió a saber nada más de él. 

General Sherman

Sherman sirvió bajo las órdenes del general Ulysses Grant durante las campañas que condujeron a la caída de la fortaleza confederada de Vicksburg en las cercanías del río Missisipi y que culminaron con la expulsión de las tropas confederadas del Estado de Tennessee. Un año antes de concluir la guerra Sherman sustituyó a Grant como comandante de las fuerzas de la Unión, capturando y quemando la ciudad de Atlanta. Este hecho fue un trampolín directo para la reelección del presidente Abraham Lincoln en 1864. El historiador y politólogo, Basil Liddell Hart, definió a Sherman como uno de los más importantes estrategas, comparándolo con Escipión el Africano, Napoleón Bonaparte o Rommel
La ciudad de Atlanta fue achicharrada, literalmente, y si no que se lo pregunten a Rhett Butler y Scarlett O´Hara cuando huyen despavoridos en un coche de caballos en "Lo que el viento se llevó" (1939)

Incendio de Atlanta

En Mayo de 1865, después de que los principales ejércitos confederados se hubieran rendido, Sherman escribió en una carta personal dirigida a James Yeatman:
"Confieso, sin vergüenza, que estoy enfermo y cansado de luchar-su gloria es toda la luz de la luna-aunque el éxito más brillante es sobre cadáveres y mutilados, con la angustia y el lamento de las familias lejanas, apelando a mí para hijos, esposos y padres...sólo aquellos que nunca han oído un disparo, nunca oído el grito del herido y lacerado...que lloran en voz alta para qué más sangre, más venganza, más desolación"
Sherman murió en la ciudad de New York un 14 de Febrero de 1891. Su cadáver se trasladó a su ciudad natal, St. Louis donde fue enterrado.

Si continuo la pista de mis amigos, deduzco por las fotos, que unos días antes de contemplar a la secuoya gigante estaban dando un paseo en avioneta por el Cañón del Colorado...




Y por fin llegamos, llegan...(porque yo sigo pegada al sillón de mi ordenador) al Monument Valley, uno de los mayores espectáculos de la Naturaleza.



Árida, desolada, resplandeciente, marciana...así es la gran depresión situada en la frontera sur de Utah con Arizona. El valle está dentro de la reserva de los nativos navajo, o como ellos la siguen llamado "El valle de las rocas". Yo creo que aquí sobran las descripciones, las palabras, los calificativos. Una imagen, una secuencia, un fotograma...quizás, si me quedo mirando fijamente la pantalla de mi ordenador y me convierto en Cecilia (Mia Farrow) en la Rosa púrpura del Cairo... vea salir de mi máquina del tiempo a John Wayne, William Holden, Burt Lancaster o Kirk Douglas...




(*Nota: ¡Volved sanos y salvos!
(Las fotos en color las ha "tirado" Alberto, gracias por tan buen reportaje!!)

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