El alma que ha visto, lo mejor posible, las esencias y la verdad, deberá constituir un hombre, que se consagrará a la sabiduría, a la belleza, a las musas y al amor. Platón, Fedro o de la belleza.
Perhaps he knew, as I did not, that the Earth was made round so that we would not see too far down the road. Isak Dinesen
Sólo vemos lo que miramos. Mirar es elegir. John Berger
Y cogeré hasta el final de los tiempos, las plateadas manzanas de la Luna, las doradas manzanas del Sol. William Butler Yeats

miércoles, 3 de enero de 2018

¡Aún se compraba un pollo por un rublo!




Ha terminado un año en el que se han conmemorado los 100 años de la Revolución Rusa, un hecho histórico que nunca deja de sorprenderme. Yo he finalizado el 2017 con la lectura de un libro fascinante, un relato que todos deberían leer "El maestro Juan Martínez que estaba allí" de Manuel Chaves Nogales. Ed. Asteroide, 2013.




Su protagonista fue un tipo singular, tanto que a veces crees que todo es pura ficción. Juan Martínez, un burgalés joven y atrevido decide hacer de su vida toda una aventura, allá por 1914...y en París, lugar al que regresa años después. La crónica de sus avatares la recoge el gran periodista sevillano, Manuel Chaves Nogales (1897-1944) también exiliado en Francia y que maravillado por las andanzas y peripecias de Juan decide escribir un libro en el que se recogen todos y cada uno de los increíbles sucesos que le acontecen.
Juan Martínez era un bailarín de flamenco, de esos que te bailan un fandango, una bulería y que te tocan las palmas y hasta las castañuelas. Su arte, como buen buscavidas, tenía que cruzar fronteras a si que hizo las maletas y junto a su mujer, Sole, pusieron rumbo al París de 1914. Las cosas por entonces en España no iban nada bien, bueno como en casi toda Europa, en donde comenzaba a gestarse lo que en pocos meses desató la Gran Guerra (1914-1918), uno de los mayores desastres para la Humanidad.
La pareja fue pasando de cabaret en cabaret por media Europa, París, Constantinopla, Kiev...hasta que de manera casual y creyendo que su vida mejoraría ponen rumbo a Moscú justo cuando estalla la Revolución...el horror había comenzado...


Fotograma de la película "El acorazado Potemkin" (1925)

A partir de este momento el relato vibra, ya no sólo por el hecho histórico en sí, sino porque su protagonista se ve envuelto en una espiral de situaciones que le llevan a la extenuación y a la pura supervivencia.
No voy a desgranar la historia, la lectura del libro hace todo lo demás.

El encuentro entre Chaves Nogales y  Juan Martínez me parece de lo más acertado, vamos que era "obligado". En sus páginas desfilan todo tipo de calaña, desde asesinos, saboteadores, chivatos, hasta la propia Checa, la policía secreta que surgió de la Revolución y que castigaba de manera atroz y sanguinaria todo acto "contrarrevolucionario" o "desviacionista". Los miembros de la Checa eran denominados chequistas, vestían con chaquetas de cuero y eran capaces de cualquier cosa cuando se trataba de perseguir a alguien que iba en contra o que no era partidario de la Revolución. Las ejecuciones de la Checa se cuentan por millares, por no decir algún millón cuando instauraron el Terror Rojo.


Manuel Chaves Nogales

Manuel Chaves Nogales para los que no le conozcan fue un gran periodista, olvidado tras su muerte en Londres en 1944. Comenzó muy joven a trabajar en su ciudad natal Sevilla, como redactor de El Noticiero y La Noche. En 1920 se traslada con su mujer a Madrid en donde es nombrado redactor-jefe del Heraldo. Como dato curioso decir que Chaves ganó el premio más prestigioso del periodismo español, el conocido como premio Mariano de Cavia por su reportaje "La llegada de Ruth Elder a Madrid", la primera mujer que cruzó en solitario el Océano Atlántico en un Junker. A partir de este momento su carrera da un increíble salto, compagina su trabajo de periodista y el de reportero por toda Europa. En el año 1931 se convierte en director del diario Ahora, próximo ideológicamente a la figura de Manuel Azaña, incluso entrevistó a Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler.
Siempre estuvo al lado de la República cuando estalló la Guerra Civil Española y así fue hasta el final cuando ya tuvo que exiliarse a París donde le pilló también la ocupación nazi. Ya en 1940 pone rumbo a Londres donde permaneció cuatro años. Murió a los 46 años y allí está enterrado, en el cementerio de North Sheen Cementery de Richmond (su tumba no tiene lápida).

Chaves en la redacción del Heraldo

"El comunismo marchaba, pero yo no podía más. Me asfixiaba bajo el régimen soviético. Anhelando salir cuanto antes de la garra bolchevique, pensé marcharme a Odesa con el designio de embarcarme para Europa en la primera ocasión que se me presentase..." El maestro Juan Martínez que estuvo allí. Manuel Chaves Nogales 

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